Todo empezó en un pueblo de la Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila, donde un hotel rural se convirtió en agosto del 2019 en el primer coliving rural de Castilla y León. El 15 de octubre día de la mujer rural, junto con gente preocupada por el gran problema de despoblación que sufren nuestros pueblos, se creó la Asociación de Coliving y Coworking de Castilla y León y se presentó en Intur, en la mesa sobre innovación de turismo en noviembre de ese mismo año con muy buena aceptación.
En enero del 2020 fuimos invitados al Pacto de Estado sobre despoblación, celebrado en el parador de Gredos donde hicimos grandes colaboraciones y surgió la oportunidad de participar en la feria de emprendimiento Startup olé, en el vertical dedicado al mundo rural.
Al poco la pandemia nos obligó a cerrar nuestros establecimientos y sólo pudimos seguir trabajando en adaptarnos a la nueva realidad: las personas de las grandes ciudades empezaron a ver el mundo rural como una alternativa con una mejor calidad de vida que ya era posible gracias al avance de las nuevas tecnologías.
La asociación comprendió la necesidad emergente de la sociedad y planteó el modelo de coliving rural como esa oportunidad de trasladarse al campo, gracias al alquiler flexible que ofrecen nuestros alojamientos turísticos y que es tan escaso en los pueblos.
La continua participación en ponencias y congresos supuso que cada vez hubiera más gente interesada en este modelo y en diciembre decidimos ampliar el ámbito de la asociación a Nivel nacional, algo de lo que se hizo eco la Opinión de Zamora, en este artículo que compartimos con todos vosotros.
Seguimos trabajando para que cuando la pandemia amaine tengamos una buena red de espacios de Coliving y Coworking rurales adaptados a las nuevas circunstancias y que los neorurales se encuentren como en casa en nuestros alojamientos.